agosto 23, 2011

I: Por lo que entiendo, solamente hay una cosa por la que vale la pena esforzarse: la aceptación.

I: Por lo que entiendo, solamente hay una cosa por la que vale la pena esforzarse: la aceptación.

UG: ¿No ves la contradicción en esos términos? Si aceptas, ¿dónde queda la necesidad de esforzarse? Se acaba. Si captas algo, no puedes hablar de esforzarte. Lo aceptas, te lo crees. Crees en algo, lo aceptas como un acto de fe y ahí se acaba todo. Si cuestionas eso, quiere decir que no lo has aceptado. No estás seguro de ello.

I: Tuve que aceptar mi trabajo como abogado antes de que pudiera adquirir el conocimiento necesario para conseguir el empleo.

UG: Tuviste que luchar y esforzarte mucho para adquirir el conocimiento legal necesario para conseguir el trabajo. Eso ya se sabe. Así que, ésa es la única forma. No hay otra. Estás aplicando esta misma técnica para alcanzar tus mal llamadas metas espirituales. Esta es la diferencia a la que estoy apuntando. Como abogado, sabes lo que se hace en los juzgados. Tienes que basarte en los precedentes y en las sentencias previas; las dos partes citan juicios previos y argumentan el caso. El juez, o bien acepta tus argumentos o los del otro y emite un veredicto en favor de tu cliente o en favor del otro cliente. Luego apelas a una instancia superior. Eso es lo mismo. Finalmente acudes ante la Corte Suprema donde el juez toma la decisión definitiva. Puede que discrepes con la sentencia-el cliente puede hacer todo lo posible por recurrirla y rehuir aceptarla-, pero esa sentencia puede ser impuesta por la ley. Si es un caso civil perderás aquello que estabas reclamando. Si es un caso criminal, acabarás en prisión. En última instancia ésta es la forma en que se decide quién está diciendo una mentira y quién está diciendo la verdad. En el análisis final eso es arbitrario. Por eso es esencial para ti estar versado en el conjunto de la ley. Es esencial para ti adquirir el conocimiento legal (necesario) para tu trabajo. Cuanto más eficiente seas, mayores serán tus oportunidades. Cuanto más inteligente seas, mejores serán tus expectativas. Eso es así. Por eso, has de luchar y esforzarte, has de emplear tu voluntad y obtendrás el éxito. Pero siempre hay algo más que lograr.

(Pero) estás empleando ese mismo instrumento para alcanzar tus metas espirituales. Esto es todo lo que estoy indicando. No puedes concebir la posibilidad de comprender nada si no es en el tiempo. Todo requiere su tiempo. Te ha llevado muchos años el estar donde estás y aun así te estás esforzando y luchando para alcanzar un nivel superior, cada vez más y más alto. Ese instrumento (la mente) que estás empleando no puede imaginarse la posibilidad de comprender nada sin esfuerzo, sin luchar, sin producir resultados. Pero los asuntos con los que has de tratar en la vida son asuntos vivos (del cómo vivir). Esto (la mente) no nos ha ayudado a resolver los problemas. Temporalmente puedes encontrar una solución, pero ésa crea otro problema y así sigue y sigue. Todo eso son asuntos de la vida. Problemas vivos. El instrumento que estás usando (el pensar) es un instrumento muerto y no puede ser empleado para entender nada que esté vivo. No puedes más que pensar en términos de esfuerzo, lucha, tiempo: un día alcanzarás la meta espiritual, del mismo modo que has logrado la meta que te habías puesto delante.

I: Pero ¿estás diciendo que existe un conocimiento tal que resuelve los problemas de la vida?

UG: No. Para nada. Ese saber no te puede ayudar a comprender o a solventar los problemas vitales. Porque esos no son problemas en ese sentido. Solamente tenemos soluciones. Solamente estás interesado en soluciones y esas soluciones no han resuelto tus problemas, por eso estás tratando de encontrar diferentes clases de soluciones. Pero la situación permanecerá siendo exactamente la misma. De alguna forma existe la esperanza de que descubrirás la solución para solventar tus problemas.

Por eso tu problema no es el problema, sino la solución. Si la solución desaparece, no existe el problema. Si existe una solución, el problema no debería subsistir más. Si las respuestas dadas por los demás (por los sabios) fuesen las respuestas, entonces las preguntas dejarían de existir. Así que esas no son obviamente las respuestas.

Si fueran las respuestas, las preguntas no existirían. Así que, ¿por qué no cuestionas las respuestas? Si cuestionas las respuestas, debes cuestionar a aquellos que han dado las respuestas. Pero das por sentado que esos son sabios, que su espiritualidad es superior a la nuestra y que ellos saben de lo que están hablando. ¡Ellos no tienen ni la más mínima idea!

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